lunes, 22 de septiembre de 2008

Historias de vida ...

¡Hola a todos/as! Hoy les dejo una entrada sobre relatos de vida, de personas que alguna vez han consumido cualquier tipo de drogas.
Sabemos, que el tema de la droga provoca reacciones emocionales en muchas personas.
Sabemos, que estos relatos pueden provocar bastante controversia. Ésta, se centrará sobre todo en la cuestión de dar información a la gente. Motivará o no a probar las drogas. La verdad sobre las drogas no puede hacer daño. Por otro lado, la falsa información conduce a que la gente se haga daño a si misma y se lo haga a los demás. Toda la población, debe decidir por sí solos qué drogas (si hay alguna) han de consumir o rechazar. Las personas toman decisiones en base a la información que disponen. Por eso les quiero dejar esta información para que tomemos conciencia y decidamos que hacer a la hora de decir que si o que no...


Las drogas del amor...

- Tomé por primera vez MDMA en 1970. Me pareció la experiencia más maravillosa de mi vida. Recuerdo estar tumbado en el campo con cuatro buenos amigos, sólo tumbados, sin hacer nada durante horas, sobre una parva, sin desear que nada fuera diferente, totalmente satisfecho y totalmente aquí y ahora. Me sentía como un león orgulloso de ser un león, en una pradera africana, con la seguridad física total, de estar rodeado de queridos hermanos y queridas hermanas. A lo largo de unos cuantos años, seguí repitiendo la misma experiencia, tres o cuatro veces al año, siempre con los mismos buenos resultados, pero había que pagar un precio: durante dos o tres días, no podía hacer nada.Cuando apareció el MDMA unos años más tarde, estaba encantado: era legal, el efecto duraba menos, y el precio que tenía que pagar era mucho, mucho menor. Se lo recomendé a mucha gente y vi que lograba cosas increíbles: salvar matrimonios, crear amistades para toda la vida, llevar a las personas a enamorarse. Uno de mis amigos llevaba una camiseta que decía: <>. Creo que el MDMA dejaría a unos cuantos psicólogos y psiquiatras sin trabajo.Querría poder seguir usando MDMA como antes, una vez al mes, pero por desgracia he llegado a la "edad media" y no me manejo bien con la sensación de "acabado" del día siguiente. De manera que ahora lo tomo más o menos una vez por año. Pero sigo pensando que es la mejor droga que se ha inventado jamás.
Hombre de 51 años, profesor universitario.


Un poco de todo, mucho de nada...

- He tomado un poco de todo, y mucho de nada.La mayoría de veces he sentido un placer inmenso. La música, de repente, me entra por dentro, por cada rincón de mi cuerpo, y solo tengo ganas de moverme, de bailar y de escuchar todo lo que me pasa por dentro. Soy muy impaciente y siempre he tenido prisa por sentir lo que he descrito antes muy rápidamente. ERROR. Después de una experiencia bastante desagradable, y aunque mi decisión podría haber sido dejar las drogas para siempre, he optado por tomármelo con calma, muy de vez en cuando, y dejando el tiempo necesario para que suban sin tomarme nada más mientras espero. Lo que recomiendo a todo el mundo. Mis ansias de sentir la música tan intensamente me llevaron un día a tomar más de lo que mi cuerpo podía aguantar. Después de una noche muy intensa, llegó la mañana y ninguno teníamos ganas de parar, así que nos fuimos a un after (a partir de aquí también he decido que el aire libre es mucho mejor). Al entrar, todo estaba oscuro, el aire se podía cortar con tijeras y de repente, subidón de música y el flash de las luces. Empecé a sentirme mal, a tener convulsiones, no me podía mover, tenía los pies clavados en el suelo y mi cabeza no paraba de dar vueltas. El corazón me iba tan rápido que en cualquier momento se me iba a salir del cuerpo. Era incapaz de salir de allí. En mi mente solo podía pensar, esto es el final, esto es lo que pasa, lo que he leído en los periódicos cuando algún chaval la ha palmado por tomar demasiadas pastillas. Sentía TERROR. Como pude empecé a gritar y a mover los brazos para que alguien me agarrara bien fuerte. Pero todos pensaban que estaba bailando. Nadie veía realmente lo que me estaba pasando. Después pararon los flashes y la música se tranquilizó un poco para anunciar otro subidón en breve. Mi mente descansó por unos segundos; el tiempo suficiente para que mis amigos vieran la cara de pánico que tenia y me sacaran de allí. Al tocarme el aire todo pasó, mi corazón iba a un ritmo (+ o - ) normal, por lo visto había tenido un ataque de pánico, y aunque todo sucedió en pocos minutos a mi me pareció una eternidad. Un momento antes yo era la persona más feliz del mundo. Aún hoy soy capaz de recordar perfectamente la angustia que sentí. Sigo tomando (como he dicho antes, muy de vez en cuando y por supuesto mucha menos cantidad) y sé que puede pasar lo mismo o algo peor, intento ser más consciente. El riesgo existe y solo espero que el día que decida dejarlo por completo (falta poco porque hoy en día son tres o cuatro veces al año) mi cabeza siga en su sitio (lo más posible) y solo me queden buenos recuerdos (excepto este) de momentos increíbles. ¡Mucho ojo!
Anónimo.


Adicción al café...
- Mi mujer y yo hemos bebido una barbaridad de café durante muchos años. Yo era fumador de cigarrillos, pero con mucho esfuerzo dejé de fumar hace doce años. Ella sigue fumando y no creo que lo deje nunca.Yo empiezo el día con dos tazas de café, y bebo unas seis tazas hasta la hora de la cena. Hace unos años me empezó a temblar la mano izquierda. Los médicos le llaman 'tremor', y no tienen explicación ni tratamiento para eso. En años más recientes el temblor empeoró y me empezó a preocupar. Una cantidad de gente me dijo que la causa podía ser la cafeína. No se me ocurrió que pudiera ser tan difícil dejarlo.Mi mujer tampoco creyó nunca que el café pudiera ser algo más que una bebida agradable, y decidimos pasarnos al café descafeinado. El primer día no noté mayor diferencia, pero me cansé mucho en la oficina y empecé a sentir un dolor de cabeza. Cuando llegué a casa, me encontré a mi mujer quejándose, tirada en el sofá. Me dijo que había tenido uno de los peores dolores de cabeza de su vida, y que no podía ponerse en pié. Como mi dolor de cabeza también iba en aumento, me di cuenta que estábamos sufriendo una reacción a la falta de cafeína. Se lo dije a mi mujer pero no me quiso creer. Me fui a la cocina y preparé dos tazas de café, del fuerte, del de siempre... Antes de diez minutos, los dos notamos que el dolor de cabeza cedía como por arte de magia, y nos volvimos a sentir como nosotros mismos. Me asombró comprobar hasta que punto éramos adictos a la cafeína. A mi mujer le sorprendió más que a mí, ya que era menos consciente de que la cafeína puede ser una droga que produce adicción.
Hombre de 68 años. Abogado.



Esta información la puedes encontrar en: http://www.underave.net/relatos.htm

2 comentarios:

Gabriela Spadoni dijo...

Interesante Mariana, el compartir viviencias, más allá de tener puntos de vistas encontrados sobre la temática. El punto, es instalar el debate, y vos intentas hacerlo, lo cual es muy meritorio.

Gracias por el aporte.

Cariños. Prof. Gabriela.

Mariana dijo...

Gracias por pasar profe, el lunes faltó ... Era verdad que algún día ibas a faltar ... Jaja. Nos vemos el viernes, besitos. Mariana.